El arte como herramienta de expresión y unión al entorno
Ronda de Dalt Residencial, y su gemela Lepant Residencial, fomentan el arte entre sus residentes organizando concursos de dibujos y de fotografía, con la visita de grupos artísticos, con la asistencia a espectáculos o con la creación de murales cooperativos, entre otras actividades.
La incorporación de terapias artísticas a las rutinas de ancianos va más allá de la estimulación cognitiva. El arte, en todas sus formas, ayuda al ser humano a expresar su verdadero yo, razón por la cual debe ser un elemento constante en centros geriátricos que buscan una atención personalizada en la que se potencie la individualización y el desarrollo personal. Es el caso de Ronda de Dalt Residencial y de su gemela Lepant Residencial.
Además, dirigidos hacia personas con demencia, los estudios artísticos colaboran en el reconocimiento de fortalezas y de recursos personales de los pacientes (Cummings et al., 2008) y son especialmente productivos en su aplicación en terapias de reminiscencia (fotografías, vídeos y todo material pictórico que ayude a la asociación mental).
En tanto a herramienta de expresión no verbal, el arte contribuye a que la llegada de la vejez, y de sus diferentes estadios, sea gestionada de una forma positiva. Según la Asociación Profesional Española de Arteterapeutas, la arteterapia es una profesión asistencial que utiliza la creación artística como herramienta para facilitar la expresión y la resolución de conflictos emocionales o psicológicos. Cuando aparecen problemas comunicativos o sociales, la arteterapia ayuda a compartir opiniones y sensaciones de una manera mucho más clara y sencilla, como indican desde el Instituto Superior de Estudios Sociales y Sociosanitarios. En definitiva, incorporar el arte en la rutina de la Gran Edad reporta las siguientes ventajas:
- Aumenta la autoestima y el sentimiento de utilidad.
- Mejora el estado físico (movilidad y psicomotricidad) y mental (creatividad, memoria, etc.).
- Disminuye la presión arterial gracias a la liberación de cortisol, lo que reduce el estrés.
- Fomenta la participación activa.
- Aumenta el bienestar y el desarrollo personal.
- Incrementa las relaciones interpersonales, previniendo el aislamiento.
- Genera sentimiento de pertenencia.
Despojado de la presión por alcanzar la perfección, la faceta del arte que interesa cultivar en centros geriátricos es precisamente su factor experiencial. Una definición que ya expuso en 1934 el filósofo John Dewey, invitando a abandonar la idea de arte como objeto sublime, lejano y apartado de la cotidianidad, para pensarlo como “experiencia estética gozada”, en la que prevalece el aprendizaje continuo frente al resultado, atado a la subjetividad.
En Ronda de Dalt Residencial son diversas las opciones confeccionadas para potenciar la presencia del arte como elemento clave en su metodología Issho. Entre ellos:
- Apropa Cultura: una iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona que promueve salidas y asistencia a espectáculos.
- Visitas en bus turístico para no perder la conexión con el arte que ofrece la ciudad condal.
- Semana Cultural: se realizan concursos de dibujo y fotografía, creación con materiales reciclados, exposiciones e incluso creación de cortometrajes.
- Visitas de grupos artísticos.
- Arteterapia: percusión, pintura y expresión corporal.
- Taller de costura, en el que la actividad de ‘patchwork’ es una de los preferidas.
- Escritura creativa: poemas, relatos y todo tipo de narrativa.
- Actividad teatral.
- Mandala humana: un mural realizado gracias a la participación de residentes, familiares y trabajadores.
Arte omnipresente
Cuando no se trata de formar parte activa en la creación artística, el arte situado en el entorno favorece de igual forma la creatividad y el bienestar. La vía contemplativa hace que el cerebro realice un ejercicio de adaptación, mejorando su capacidad de reserva cognitiva.
En Ronda de Dalt Residencial contamos con una colección de pinturas, con distintos motivos y temáticas, que ayuda a generar un ambiente agradable y humanizado que favorece la estimulación cognitiva a través de diversas formas y colores. Además, está demostrado que en procesos de curación la decoración fomenta la positividad y aumenta las posibilidades de curación.
Como parte de la Atención Centrada en la Persona, se aconseja a cada residente que decore su espacio individual a su gusto, desde fotografías a obras de arte o incluso instrumentos. Todo ello para favorecer la idea de posesión del espacio, unido a la sensación de pertenencia que experimentan al formar su nuevo hogar.
Más allá del sistema de personalización de habitaciones, las zonas comunes son habitualmente utilizadas para el fomento del arte. Entre sus residentes, Ronda de Dalt Residencial cuenta con diversos músicos a los que apoya para no dejar atrás su pasión y les ayuda a entrenar su voz mientras disfrutan de formar parte de una coral. En este caso concreto, los usuarios no solo realizan una actividad voluntaria que les genera placer y les plantea un reto que les hace sentirse útiles, sino que también crean conexiones entre su Unidad de Convivencia, mejorando notablemente el plano social. Como resultado, se crea una sociedad con una Tercera Edad empoderada que disfruta desde su etapa vital y aprende de forma continua.